lunes, 14 de julio de 2014

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Hay dos señoras parlanchinas que son mis vecinas... toda persona con cuerdas vocales sanas tiene el poder del hablar. Radios humanas que necesitan contar, hablar del clima, del último partido de fútbol, o repetir lo que acaba de pasar... curioso... para qué repetirlo si recién también estaba yo acá sentada viviéndolo.

Una vecina habla de su reciente viaje a Italia, la otra cuenta una anécdota de su abuelo tano como protagonista.

Imagino la escena en la cocina de una casa de pueblo con el mate y las torta-fritas de por medio... Esa charla tambiés es "un compartir"... mientras la vecina de 4 décadas recuerda a su abuelo, a la otra le brillan los ojos reviviendo el paisaje de Florencia...


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